En el siguiente post vamos a ver qué son urticaria y angioedema, y que signos presentan, así como la mejor forma de tratarlos.
Ambas reacciones cutáneas se caracterizan por aparecer
tras una alergia, tanto alimentaria como farmacológica.
Si bien la urticaria es más leve y afecta más superficialmente –a nivel de
dermis-, el angioedema es
más
intenso y afecta a dermis profunda
y tejido sucutáneo, y
suele asociarse a
reacciones anafilácticas
graves.
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
Definimos urticaria como lesión cutánea
que produce
reacción de roncha (edema
intracutáneo localizado) y eritema (zona de enrojecimiento que circunda al edema). Suele ser pruriginosa. Se localiza en la dermis.
Cuando las ronchas miden de 15 a 20 cm de diámetro,
hablamos de urticaria gigante. La duración de las mismas,
sean de 1mm o gigantes, puede ser de 30
minutos a 36 horas. Cuando presionamos sobre
ellas, comprimiendo los vasos sanguíneos de la dermis superficial dilatados, se vuelven pálidas.
La patología
del angioedema – mismo mecanismo
patogénico que la urticaria- se localiza en la dermis profunda y en el tejido subcutáneo. Su principal manifestación es la tumefacción. La piel suprayacente se presenta
normal o eritematosa y al tener menos terminaciones nerviosas del tipo C en los niveles
cutáneos más profundos, hay menos prurito. Sin embargo,
puede causar dolor. En ausencia de urticaria, el angioedema puede
tener su origen en una sobreproducción o alteración de la
degradación de la bradicinina.
Tanto urticaria como angioedema son lesiones cutáneas
frecuentes en la población,
y se
consideraran agudas cuando duren menos de 6 semanas. Suelen ser de carácter agudo por causas de reacciones adversas a medicamentos o a alimentos, y en los niños por causas virales.
Cuando el cuadro dura más de 6 semanas, se consideran
lesiones crónicas, y se clasifican en autoinmunitaria e idiopática, pudiéndose presentar la combinación de ambas en un
0,5% de los casos totales.
En cuanto a la patogenia de estas lesiones cutáneas,
el mastocito es la principal célula efectora, aunque también
contribuyen otros tipos de células. Respecto
a la urticaria y angioedema crónicos, se observa una mayor incidencia de anticuerpos antitiroideos. De igual forma se observa
mayor porcentaje de estos anticuerpos en los casos de urticaria crónica
autoinmunitaria que en los casos de idiopática.
El tratamiento de la urticaria y el angioedema agudos están basados en antihistamínicos y cursos breves de corticoesteroides, sin olvidar identificar y eliminar las causas endógenas o exógenas.
Los casos crónicos,
ya sean autoinmunitarios o idiopáticos, también
se tratan con antihistamínicos, corticoides en bajas dosis y ciclosporina.
Fuente:
Wolf, Goldsmith,
Katz et al. Fitzpatrick. Dermatología en Medicina
General. 7ª ed. Tomo I. Cap. 37. p.p 330-331. Madrid: Editorial Panamericana. 2008. [Consultado el 12 de octubre
de
2014]. Disponible en web:
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